El coleccionista de trabucos

– Toni, eres hermosísimo, pero mira para otro lado, que me das calambre.
– Sabes que no puedo, se me quedaron los ojos como chinchetas en tu espalda y si miro a otro lado no veo.
– Ladrón.
– Mentirosa.
– Anda, vete otra vez a robar trabucos por ahí, pero antes regálame el tuyo. Se me ha antojado jugar con la llave de miguelete.
– Creo que vas a tener que ganártelo, preciosa. Últimamente no me dejas llevar a cabo mis obras de arte.
– ¡Venga ya!, jjajajjajajjaaa, obras de arte, ¡serás julandrón! Si me tienes de overbooking controlando tantos trabucos.
– Yo los cazo y tú los pones a buen recaudo, para que estén como en su casa.
– Bueno, pues cuéntame un cuento mientras recargas la munición. A ver si me duermo antes de que descubra que la ojera es bella.
– La ojera es bella y tú eres su musa, Belén. ¿Te cuento el cuento de la espingarda?, ¿seguro que te duermes?.
– Eres incorregible.
– Y tú eres mi dueña.

Foto: Trabucos españoles con llave de migueletehttp://www.corsariosdelplata.com.ar/trabuco.htm

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